viernes, 14 de febrero de 2014

Catherine Fonck :"ni los enfermos ni los médicos necesitaban esa Ley".-Entrevista con la portavoz de los democristianos belgas, neuróloga y exministra de Sanidad

Como portavoz del grupo parlamentario del Centro Democrático Humanista (CDH, miembro del PP europeo) en la Cámara de Representantes del Parlamento Belga, la doctora Catherine Fonck ha luchado para impedir o al menos aplazar la aprobación de esta ley. Sin embargo, reconoce que sus argumentos y los de los democristianos flamencos no han podido con una formulación «basada solamente en premisas ideológicas». «No han aceptado ni siquiera un debate jurídico serio -afirma-. Este proyecto no ha ido ni al Consejo de Estado y en la Cámara no se ha escuchado a los pediatras o a los enfermeros que han pedido que se les tenga en cuenta. Creo que es el único caso en el mundo de una ley de estas características que se ha aprobado sin que haya participado la ministra de Sanidad. Mi sentimiento es que el debate no estaba maduro y que no existía una verdadera necesidad ni para los enfermos ni para los médicos».
 -Los socialistas y liberales dicen que llena un vacío legal.
-Difícilmente se puede considerar eso cuando la ley no deja claros los límites. No hay siquiera una edad mínima, como en Holanda. No se clarifica qué significa capacidad de discernimiento en el caso de un menor, se dice que se necesita el consentimiento de los padres, pero no se sabe qué pasará si los padres no están de acuerdo. Tal vez entonces lo tenga que decidir un juez. No se define qué significa la inminencia de un desenlace fatal de la enfermedad, no se dice cómo se sabe si es una enfermedad incurable que lo puede ser hoy pero no mañana.

 -Sin embargo, los partidarios de la ley parecen orgullosos de la imagen que se da de Bélgica.
 -Al revés, lanza un mensaje inquietante sobre la profesionalidad de los médicos y las enfermeras belgas. Se podría creer que ahora hay muchos niños sufriendo en los hospitales belgas sin que nadie haga nada por aliviar su situación, cuando aquí tenemos una larga experiencia en el tratamiento de enfermedades infantiles graves, en oncología pediátrica, en tratamiento del dolor y en cuidados paliativos y en los últimos 15 años no se ha dado ni un solo caso como el que prevé esta la ley.
 -¿Usted ha tenido personalmente noticias de algún caso?
 -Ciertos pediatras dicen que han tenido peticiones de este tipo, pero la mayoría dicen que no. Aun reconociendo que no puede saberse quién tiene razón, pienso que es indiscutible que se trata de una situación muy excepcional. Y el sentido común indica que en estos casos no hacía falta hacer una ley general.  -¿Que balance hace de la ley de eutanasia? Desde que se aprobó en 2002, las cifras sobre su aplicación no dejan de aumentar en Bélgica.
 -Estamos en una situación delicada. Empieza a haber casos muy dudosos. En 2012 se aplicó la eutanasia a dos hermanos gemelos que tenían una enfermedad que les conllevaba la pérdida de la vista y decían que no podían soportarlo. Que yo sepa, la ceguera no es una enfermedad terminal y por eso creo que ese caso fue un suicidio asistido que no está reconocido en la ley. Como la norma tiene límites muy difusos, corremos el riesgo de sobrepasarlos y legalizar en los hechos cosas que no estaban en el objetivo inicial de la ley.

Info. ABC.es

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